Comentario exegético al Texto Griego del Nuevo Testamento. Romanos. Samuel Pérez Millos. CLIE

FICHA TÉCNICA

Título: Comentario Exegético al Texto Griego del Nuevo Testamento. Romanos.

Autor: Samuel Pérez Millos.

Editorial: CLIE

Páginas: 1131

Encuadernación: Tapa dura. Pegado sin cuadernillos cosidos.

Tipografía: Times New Roman; 11,5 puntos para el comentario; 9,5 puntos para el texto interlineal. Tipografía en griego para la traducción.

 

Reseñar un libro es una tarea no plenamente objetiva, pues es fácil comentar percepciones propias de lo que el autor quería decir, y no ajustarse a la esencia del contenido.

En este caso, la reseña que a continuación leerás es una crítica celebrando la escritura de este comentario bíblico de la serie Comentario Exegético al Texto Griego del Nuevo Testamento, escrito por Samuel Pérez Millos, y publicado por CLIE. Como siempre, el hecho de que la editorial me conceda comentarlos no implica el derecho a escribir comentarios positivos acerca de los mismos.

La Carta a los Romanos fue la piedra fundamental de diferentes avivamientos dentro del Cristianismo: el más conocido, en la Reforma, con Martín Lutero entre otros. Y ha sido así por contener la pura esencia del Evangelio de la gracia de Dios por medio de Jesús. Los pensamientos teológicos, doctrinales y prácticos de Pablo se remontan a alturas tales que él mismo se asombra y exclama:

¡Oh profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! (11:33)

 

El autor del comentario sabe esto, y nos acompaña en el descubrimiento feliz de conceptos divinos que nos ayudarán a fortalecer nuestra fe y a estimular nuestra acción. Como él mismo afirma:

El escrito es verdaderamente necesario para el tiempo actual. La doctrina bíblica necesita ser conocida profundamente. La ética cristiana debe mantenerse en medio de un mundo que cuestiona los valores más elementales de la moral (p. 15)

La redacción del comentario comienza de manera súbita, sin dilaciones, insertando la introducción en este capítulo primero. De esta manera, la obra queda dividida en 16 capítulos, los mismos de la epístola. No hubiera estado mal que se dedicara un capítulo introductorio, pero no es el planteamiento de todos los comentarios de esta serie. Cada uno consta de los mismos capítulos que el libro bíblico que se está comentando. En esta ocasión, el bosquejo analítico que sigue Pérez Millos es el que usa E.L. Carballosa en su comentario a la epístola a los Romanos (Editorial Portavoz), que consta de 8 divisiones principales.

A nivel técnico, el comentario se introduce con el encabezamiento del bosquejo, el texto griego interlineal del versículo, acompañado de notas y análisis del texto griego, junto con las lecturas alternativas de la crítica textual que son de utilidad para eruditos. Es interesante que esta sección de crítica textual, donde ofrece información de las variantes textuales en cada familia de manuscritos, venga enmarcada en un recuadro gris, para diferenciarlo así del comentario propiamente dicho, dando oportunidad a evitarlo para quienes no precisen de dicha información tan exhaustiva.

  

Seguidamente, Pérez Millos comenta palabra a palabra el versículo, explayándose cuando aparecen conceptos claves que necesitan desvelarse ante nosotros. Cada idea, pensamiento, conclusión… está respaldada con otros pasajes de las Escrituras, evidenciando así el conocimiento de las mismas y la adecuada exégesis contextualizada de cada pasaje bíblico.

Una cuestión que se debería tener en cuenta es la longitud de los párrafos. Entendemos que es un libro técnico para un público específico, pero los párrafos, en ocasiones, tienen una longitud de ¡cinco páginas y media! (pp.172-177). Al verlos así, me hace recordar la redacción de los dos volúmenes de la Teología Sistemática de L.S. Chafer, con párrafos también demasiado largos y que no convienen a la concentración de la mente.

CLIE podría haber hecho un esfuerzo también por considerar la encuadernación en cuadernillos, ya que un volumen de estas características se lo merece y evita el despegado de las páginas.

De igual manera, una ayuda que vendría bien en estos comentarios es la alusión al versículo que se está comentando en los márgenes exteriores de cada página, a modo de referencia de ayuda. El diseño lo limita a poner en el margen superior de la página izquierda el nombre del libro bíblico, y en el de la derecha el título que da nombre al capítulo en cuestión. No vendría mal esa referencia numérica al capítulo y versículo, como aparece en las ediciones de la Biblia.

Una cosa que, además, he observado en estos comentarios de Pérez Millos es que no aparecen apenas notas al pie de página, excepto para aclarar en una línea o con una palabra algún significado. Por un lado, esto es una ventaja. No me gustan nada los libros que llevan la llamada a una nota y tienes que andar volteando hasta el final del libro para leerla y después volver a la página donde estabas. Por otro lado, cualquier aclaración o referencia a otros autores se hace dentro del texto del propio comentario, lo cual no permite un “movimiento de los ojos y de la mente” hacia otro lugar para descansar.

Los curiosos se preguntarán qué dice Millos en cuanto a la predestinación, la elección, la seguridad de salvación, ¿es calvinista o arminiano? ¿De los cinco puntos o de cuatro? A quienes se lo pregunten les contestaré con la respuesta que él mismo da: “Ni soy calvinista, ni soy arminiano; soy de Cristo y pensaré y diré lo que la Biblia dice. Soy biblista”. Y así es. Las disquisiciones teológicas sobre la gracia, las dispensaciones, Israel, la predestinación, etc. quedan resueltas en este amplio comentario por medio de un análisis literario-histórico-gramatical del texto bíblico, que nos llevará a decir lo que la Biblia dice y no lo que nuestro raciocinio prejuicioso nos lleva a decir. Baste decir que Millos sostiene una posición teológica conservadora, fiel a las Escrituras y con un peso bíblico argumentativo considerable que no tambalea ante las críticas que se le puedan presentar.

Valoramos positivamente este tipo de comentarios bíblicos extensos e intensos, con solidez argumentativa, aplicación pastoral y práctica, con ciertos momentos devocionales que aligeran el alma.

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